Salud, Vida de hoy

Con el sol a las espaldas…

Si le duele la espalda no se preocupe; estudios realizados estiman que cuatro de cada cinco individuos padeció o padecerá en algún momento de su vida de malestares lumbares.

 

Vivian Collazo Montano

 

Se trata de un mal casi siempre causado por posturas inadecuadas mantenidas durante mucho tiempo, y a veces incluso mientras dormimos o estamos trabajando frente a la computadora, con un estado muscular deficiente.

Una investigación recién divulgada en la revista Annals of the Rheumatic Diseases, asegura que la lumbalgia o dolor de espalda es la mayor causa de discapacidad en todo el mundo, muy por encima de cualquier otra enfermedad, y aún cuando puede afectar a todos los seres humanos por igual, es más frecuente en Europa occidental, norte de África y Oriente Medio.

También indica que el costo del padecer, en términos de años de vida ajustados por incapacidad, aumentó de 58,2 millones en 1990 a 83 millones en 2010.

El informe, que utilizó datos disponibles en el Global Burden of Disease 2010 Sstudy, (evalúa salud y discapacidad por cualquier causa en 187 países), tuvo en cuenta la prevalencia, incidencia, remisión, duración y el riesgo de muerte asociado con la dolencia.

Incluyó información obtenida mediante cuestionarios realizados en cinco países sobre el impacto de la lumbalgia en la población, y los datos de las encuestas nacionales de salud.

Esto permitió tener en cuenta otro punto de vista, el relativo al envejecimiento, pues si bien es cierto que los dolores de espalda no son sinónimos de vejez, la realidad demuestra que a más avanzada edad mayor cantidad de personas afectadas, señalan los autores del trabajo, de la Universidad de Queensland, Australia.

Con el envejecimiento poblacional en todo el mundo, pero especialmente en los países de ingresos bajos y medios, el número de individuos que viven con dolor lumbar se incrementará sustancialmente en las próximas décadas, concluyen los investigadores.

De ahí que exhortan a los gobiernos, proveedores de servicios de salud y de investigación a prestar mucha más atención a la carga que supone el dolor lumbar.

Manejo del dolor

Sin embargo, especialistas aseguran que la mayoría de las lumbalgias se curan espontáneamente, sin recurrir a ningún tratamiento médico. Pero con más frecuencia de la deseada, muchas personas son sometidas a un exceso de pruebas para diagnosticar su mal, reciben terapias que no siempre son las más eficaces y, en el peor de los casos, producen más daños que beneficios.

La Guía Europea para el Manejo del Dolor de Espalda, un documento que sienta pautas acerca de lo que es efectivo para aliviar el problema, propone tratamientos menos agresivos en unidades multidisciplinares, ejercicio físico y medidas de higiene postural.

Pero desaconseja terapias sin respaldo científico aún, como las inyecciones de ozono, infiltraciones, acupuntura, manipulación vertebral o electroterapia.

Además advierte que muchas de las radiografías o resonancias magnéticas prescritas de rutina no son necesarias. Sólo se deben hacer en una minoría de casos, cuando los síntomas indiquen que los resultados de las pruebas van a servir para mejorar el tratamiento, aseguraron los especialistas.

También echa por tierra el mito de la necesidad de guardar reposo cuando aparece la lumbalgia.

Aunque es cierto que en la fase aguda de la enfermedad los movimientos y labores cotidianas pueden verse mermadas debido al intenso dolor, el documento señala que se debe hacer un esfuerzo por mantener el máximo grado de actividad posible.

Y la cirugía es el último recurso: únicamente si el dolor es intenso e invalidante, persiste durante dos años o más sin responder a terapias y no se puede optar a tratamiento conductual con ejercicio. (PL)

(Photos: Pixabay)

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