Tiene 35 años, es peruano y vino hace 3 años desde Trujillo. Nunca antes se había marchado de su país, y aunque le costó tomar la decisión, se siente satisfecho de ayudar económicamente a su familia.
Tras finalizar sus estudios de secundaria, empezó a trabajar en una tienda de comida en su ciudad natal. Después de tanto tiempo esforzándose para “ganar poco dinero”, decidió irse al Reino Unido por razones económicos y porque tampoco le “ataba nada” en su país.
“Me fui a Inglaterra porque sabía que muchos latinoamericanos iban acá, y pensaba que sería fácil encontrar empleo”.
Como pensaba, no le costó demasiado encontrar trabajo, y al mes de estar aquí empezó como limpiador. Desde entonces, parte del dinero obtenido se lo envía a sus padres que viv en en Perú.
Roberto afirma que afirma que le gustaría encontrar un trabajo mejor, aunque señala que la barrera del idioma es demasiado amplia. “El inglés es un idioma complicado, impone mucho respeto, y reconozco que no me esfuerzo en aprenderlo todo lo que debería”.
Pero, según él, “tras jornadas de ocho horas empezando a las 5 de la mañana, es difícil hacer otra cosa que no sea descansar o salir a dar un paseo”.
Él vino solo y comenzó a tener contactos por sus compañeros de piso. Estuvo cerca de cinco meses en un hostal, hasta que encontró una vivienda para compartir con cuatro personas más.
Sus compañeros con los que reside son dos españoles, un peruano y un boliviano. A pesar de que se considera una persona sin prejuicios, reconoce llevarse mucho mejor con estos los latinoamericanos. “Supongo que es ley de vida, las personas nos unimos a la gente con la que tenemos más cosas en común”.
Asegura que no tiene pensado volverse en un futuro próximo, y a pesar de que echa en falta a sus padres y a su hermano, cree que era “irse o estancarse”.
Respecto al tema de la discriminación, admite que en el trabajo los jefes “miran con indiferencia”, pero no siente que haya sido maltratado.
En su trabajo convive con otros latinoamericanos y con varios de ellos se ve fuera del empleo, aunque para él, lo mejor del día “es llegar a casa y estar con los compañeros de piso”
Aparte de Perú e Inglaterra, nunca visitó otro país. Hace años quería ir a España, pero oye hablar mucho de crisis y le echa para atrás. “Es posible que aquí haya crisis, pero yo estoy establecido y volver a irme cuesta”.
Por ello, pretende quedarse “el tiempo que haga falta”, y uno de sus mayores deseos es seguir ganando dinero para cuidar de su familia. El otro, entre risas, es “que la selección del Perú gane la copa América de fútbol” del año siguiente.
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